domingo, 12 de febrero de 2012

Vía Verde Itálica (o como hacer el cabra en bici 60 kilómetros)


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   Domingo 04 de Febrero de 2012


   He elegido esta "Vía Verde" por estar muy cerca de donde vivo (la que más). No es la única más o menos cercana; tenemos la de la Sierra Norte (que ya hice) y sobre todo la de Coripe, que pasa por ser de las mejores acondicionadas de España.

  Y hablando de acondicionamiento; la Vía Verde Itálica no lo está en absoluto y es una pena. Y digo que es una pena porque si fueran capaces de adecentarla, podría incluso empalmar con el Corredor Verde del Guadiamar en Aznalcollar, creando una de las rutas realmente apetecible para los,cada vez más, amantes de la naturaleza y el deporte.

  La Vía Verde Itálica tiene en total 37 kilómetros desde Camas a Aznalcollar. Yo sabía que el último tramo era impracticable porque el puente sobre el Guadiamar estaba destruido; no se muy bien que ruta alternativa toman los muchos ciclistas que hacen la ruta. Yo estaba encabezonado en hacerla en su totalidad; "a ver como demonios cruzo el río" - pensaba-  ya improvisaré.
  La ruta transcurre tranquila y fácil hasta cruzar un puentecito con una casetilla que hay en medio del campo; a partir de ese momento las cosas cambian radicalmente; el camino se vuelve complicado porque hay varios tramos que conservan las piedras de las traviesas; es peligroso correr mucho y las rodillas sufren. 


  Tragando kilómetros y después de cruzar un par de carreteras, llego a una zona con más vegetación y termino por llegar al punto clave: El Río Guadiamar. Consigo encararme sobre lo que queda de él y miro a ambos lados, en la parte del puente tiene agua..y mucha. Mirando hacia la derecha veo una zona que podría ser vadeada así que bajo del puente y empiezo a investigar la orilla buscando un sitio donde pasar. Está lleno de vegetación y me arriesgo a dejar la bici escondida mientras me meto entre los arbustos; termino arañado hasta la vesícula pero consigo encontrar un estrechamiento y un tronco estrecho medio flotando en el agua; fuí a por la bici y la metí en el agua (hasta media rueda) y usándola como "bastón" cruzo por el inestable tronco hasta la otra orilla!!. Soy tela de cabezón y por mis muelas que llego a Aznalcollar. 



   Dos fotos del puente, la primera de como era en su tiempo y la segunda de como está el puente ahora.

 


   Si todo el camino anterior era dificultoso, lo que había hasta Aznalcollar era la jodida jungla del Planeta X; fango hasta los tobillos, piedras como bolos y zonas donde ni había camino. Solo el hecho de ver traviesas podridas me daban pistas de que iba por el buen camino.

   Después de saltarme dos verjas con candados, por fín llego a Aznalcollar, justo donde empieza el Corredor Verde del Guadiamar, que parece perfectamente acondicionado y lo apunto para futura ruta.


   
  Yo quería ver la cantera a cielo abierto de Aznalcollar, así que me metí por una especie de camino de cabras hasta llegar a un último puente medio escondido que imagino que es el último reducto de la Vía Verde Itálica. Cabreando un poco llegué a un mirador (por cierto tuve que "colarme" por debajo de una verja con pinchos porque estaba todo acotado), desde el mirador se veía INCREIBLE" la cantera, enorme y con un fondo lleno de agua azulada brillante, digno de ver.

   
     Estuve mirando el comienzo del Corredor Verde para futuras rutas y me volví de vuelta, que fué dura, muy dura. Yo intuía que, sin ser muy pronunciado, el perfíl de la ida era ligeramente cuesta arriba y me las prometía felices; pero resulta que a la vuelta, entre el cansancio, que era ya la hora de comer, que el agua de la mochila sabía a rayos porque no me dió por lavarla, y sobre todo porque me cogío casi todo el camino con aire de frente y costado que me acordé de las vueltas ciclistas, de los cortes por aire, de la serpiente multicolor, de todas las serpientes venenosas del mundo y hasta de la jodida anaconda del jodido Orinoco.

  Casi sin aliento llegué a Santiponce y me bebí de un trago un Acuarius en una gasolinera. ültimos metros por asfalto y por fín el coche.

  No la voy a repetir, pero ya tengo en mente dos rutitas que pueden estar bien; la del Corredor Verde del Guadiamar y, sobre todo, la Ruta del Agua.



   Todo comienza aquí:

El gran Objetivo

  

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