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23 de Diciembre de 2012.
Está siendo un otoño/invierno lluvioso, perfecto para hacer senderismo los días frescos y soleados como el que se presenta; da gusto ver la sierra verde, los rios con caudal y ese olor a vegetación y vida que presenta el campo.
Buscando rutas y actividades sobre todo para sacar a los nanos de casa y que les de el aire, mi amigo Guillermo propuso este paseo por plena sierra de Aracena; ruta sencilla de senderismo que parte del Area Recreativa de "El Talenque" y, bordeando un arroyuelo, termina en el pueblo de Valdelarco; pueblo donde almorzaremos y vuelta atrás. En total unos 8 Km con poco desnivel; perfecto.
Como decía, el día se presentó fresco y soleado; llegamos al Area Recreativa despúes de un tranquilo paseo en coche desde Sevilla.
El camino no está demasiado bien demarcado, pero tampoco nos perdimos buscando el puentecito desde el que se accede a él. El sendero es de planta algo irregular, con tramos en los que hay que tener cuidado de no resbalar y caerse.
Rodeado de exuberante vegetación, el otoño nos proporciona una bonita estampa con el suelo acolchado de hojas de los árboles que nos rodean: castaños, chopos, olmos y sauces. A veces tenemos que apartar ramas de brezos y helechos para poder continuar.
El olor a vegetación húmeda por el rocío de la noche, el murmullo del agua discurriendo entre las rocas, algún animal huyendo entre la maleza, los rayos del sol abriéndose paso entre las ramas de los árboles queriendo besar el suelo.. ingredientes perfectos para un placentero paseo por la sierra.
Casi sin darnos cuenta llegamos a un pequeño valle; al fondo y en alto ya podíamos ver nuestra meta: el pueblo de Valdelarco.
Paseando entre huertas de manzanos, nogales y cerezos llegamos al pueblo, allí nos esperan calles empinadas para llegar al restaurante donde íbamos a almorzar.
La comida estuvo bien, productos de la sierra, pero fué más cara de lo esperado y surgió el inesperado imprevisto; al paquetillo de Guillermo se le olvidó la cartera en el coche y no aceptaban pago con tarjeta.. menos mal que los dueños del restaurante confiaron en nuestra palabra de hacerles un abono bancario cuando llegáramos a Sevilla. En cualquier caso creo que fué demasiado caro y sigue reforzando mi lema en los restaurantes:
"No dejes que los niños eligan la comida de la carta, y mucho menos la de los postres"
Después de haber comido y reposado un poco, volvimos por nuestros pasos hasta el punto de partida.
El paseo de vuelta vino bien para hacer la digestión; los niños se querían subir a todos los árboles e investigar todos los rincones.
Fín de trayecto; bonito día de sierra y preparando la siguiente escapada.
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