Puente de Feria, pleno mes de abril y un calor insoportable.
Después de darle mil vueltas, hemos decidido dejar la caravana fija en el camping de Alcalá de los Gazules, justo a la entrada del Parque Natural de los Alcornocales en plena sierra gaditana.
Aunque la primera idea era buscar un camping en la playa, dado que los precios son prohibitivos y que casi todos solo abren solo en temporada de verano, al final nos decidimos por el de Alcalá de los Gazules; un modesto camping situado estratégicamente en el centro de la provincia de Cádiz y a unos 50-60 Kms de cualquier playa gaditana (que son las que más me gustan), y a la misma distancia de la zona de Grazalema.
El jueves era el día que decidimos para hacer una visita a Gibraltar. Íbamos perfectamente preparados con nuestras mochilas turisteras; esas barras de pan sin abrir y ese salchichón y chorizo comprados en el DIA por un euro; esas botellas de Lanjarón rellenas de agua del camping; nuestras gafitas de sol, gorritas desgastadas y nuestra pinta de turistas de esos que no gastan un pavo.
Todo perfecto.
Pero falló la logística.
No me acordé de pedirle a mi hermana el DNI de mi sobrina.
.MISIÓN - GIBRALTAR - ABORTADA.
Adiós monos.
Menos mal que tenía en mente un plan B:
RUTA (fácil) POR EL RÍO DE LA MIEL (Algeciras).
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El Parque Natural de los Alcornocales ofrece un montón de rutas de senderismo y seguramente esta ruta es de las más vistosas, pero también de las más lejanas del camping, así que casi que nos vinos de perlas hacerla aprovechando que tuvimos que bajar hasta Algeciras para ir a Gibraltar.
No íbamos preparados para una ruta (zapatos, ropa, etc), pero según la información que tenía era una ruta corta de unos 6 Kms en total y dificultad fácil.
Los niños la empezaron muy mosqueados por haber fallado lo de Gibraltar, pero despúes de dos bocinazos y una parada para comer, se pusieron las pilas y se les cambió el ánimo conforme entrábamos en la parte bonita de la ruta.
Y es que hasta el Molino de Escalona, la ruta transcurre por un camino de zahorra ("muy aburrido" que diría mi hija) que parte de la Barriada del Cobre y empieza flanqueado por fincas con ganado vacuno y con una suave pendiente va penetrando por un valle entre bosques de alcornocales gran vegetación de helechos por las lluvias recientes.
Como decía, la parte "bonita" de la ruta empieza en el Molino de Escalona y justo cuando cruzamos un puente de estilo romano muy llamativo y sorprendente, sobre todo por donde está ubicado y su utilidad; según parece pertenecía a la antigua calzada de la Trocha; ruta que se usaba en la Edad Media para ir desde Algeciras a Tarifa y que también sirve para llegar al semi derruido Molino del Águila, del siglo XVIII y que veremos más adelante.
Una vez pasado el puente, la ruta discurre bordeando el río. Entramos en una zona de vegetación densa por el microclima que se forma en la garganta que forma el cauce del río, abrigada a cada lado por las laderas de altos riscos. De alcornocales pasamos a bosques de laurasilvas y altos helechos; invadido todo por musgo que crece donde haya algo de humedad.
Enseguida nos encontramos con la "Fuente de las Niñas", un caño de agua fresca del que, según leí después, se puede beber y rellenar las cantimploras; no la dejaré atrás cuando repita la ruta en su versión "completa".
Recreándonos con el paisaje y los continuos saltos de agua, llegamos al antiguo y semi derruido "Molino de las Aguilas" que desviando parte del curso del agua, esta hacía girar el Rodezno, el cual hacía girar a su vez la Piedra Corredera sobre otra fija llamada Piedra Solera, sobre la que se esparcía el trigo y que tras la molienda, se obtenía la harina.
Seguimos la ruta y el calor aprieta cada vez más. Una bonita poza invita a bañarse y Ana me lo pide, pero le digo que espere un poco más...
...Y es que enseguida llegamos al final de la ruta en su versión fácil: La Cascada de la Chorrera; un salto de agua de unos 4 metros que se vierte sobre una poza de 3 metros de profundidad.
El agua cristalina, el estruendo del agua al caer, una tentadora cuerda atada a un árbol sobre la poza y el húmedo calor, invitan a darse un chapuzón. No teníamos prevista la ruta, por lo que no habíamos echado bañadores ni toallas; no fué impedimento para que los niños, trás pensárselo un buen rato, no terminaran por quedarse en ropa interior y meterse en la fría agua.
Luisillo se lo pensó un poco más, pero terminó por quitarse la ropa; esa cuerda fué demasiada tentación.
En definitiva, una ruta muy fácil y muy agradecida. Podríamos haber seguido y nos hubiésemos encontrado más cascadas, chorreras y pozas, pero no íbamos bien preparados y por supuesto que volveremos en verano, la haremos entera y me bañaré.. porque vaya si me quedé con las ganas.
Casi nada queda del antiguo molino, solo paredes invadidas por el musgo.
...Y es que enseguida llegamos al final de la ruta en su versión fácil: La Cascada de la Chorrera; un salto de agua de unos 4 metros que se vierte sobre una poza de 3 metros de profundidad.
El agua cristalina, el estruendo del agua al caer, una tentadora cuerda atada a un árbol sobre la poza y el húmedo calor, invitan a darse un chapuzón. No teníamos prevista la ruta, por lo que no habíamos echado bañadores ni toallas; no fué impedimento para que los niños, trás pensárselo un buen rato, no terminaran por quedarse en ropa interior y meterse en la fría agua.
Luisillo se lo pensó un poco más, pero terminó por quitarse la ropa; esa cuerda fué demasiada tentación.
En definitiva, una ruta muy fácil y muy agradecida. Podríamos haber seguido y nos hubiésemos encontrado más cascadas, chorreras y pozas, pero no íbamos bien preparados y por supuesto que volveremos en verano, la haremos entera y me bañaré.. porque vaya si me quedé con las ganas.
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